La importancia de la osmolaridad para el diagnóstico del Ojo Seco

Artículo 30/03/2021
La importancia de la osmolaridad para el diagnóstico del Ojo Seco La importancia de la osmolaridad para el diagnóstico del Ojo Seco

La medida de la osmolaridad lagrimal es una medida fiable tanto para el diagnóstico como para la decisión del tratamiento a llevar a cabo en pacientes que sufren EOS1. De ahí, la importancia que tiene el realizar una prueba de la osmolaridad que proporcione evidencia objetiva y cuantitativa de esta afección.

En l’acuité apostamos por Tearlab como parte esencial de nuestra plataforma de diagnóstico y tratamiento de la EOS. Es el test de osmolaridad en un solo chip más moderno del mercado y su principal ventaja es la medición de la osmolaridad de la lágrima con una cantidad muy pequeña de muestra, 50nl, en un tiempo récord de 30 segundos para ambos ojos.

La medida de la osmolaridad lagrimal se usa para diagnosticar y controlar la sequedad ocular. La osmolaridad es la concentración de un soluto. En el paciente con ojo seco, la osmolaridad anómala o hiperosmolaridad es una concentración de sal en la lágrima no natural. Se puede comparar la sensación de picor de ojos al nadar en el mar con lo que siente un paciente que padece de lágrima hiperosmolar crónica, como le ocurre al que sufre la EOS.

La hiperosmolaridad lagrimal es tóxica para la superficie ocular y va dañando la córnea de manera gradual y escalonada, comenzando con una desecación de las células epiteliales, seguido de una apoptosis celular, infamación corneal y liberación de citoquinas2, además del daño sensorial, lo que contribuye al “círculo vicioso del ojo seco”. Una lágrima dañada puede causar continuas fluctuaciones de visión y la estabilidad de la película lagrimal es esencial para tener una buena calidad visual.

La medición del aumento de la osmolaridad se ha utilizado en el campo de la investigación durante más de cinco décadas y permite evaluar el marcador fisiológico de una manera objetiva en lugar de depender solo de los signos subjetivos de la enfermedad, tales como la tinción o el BUT (tiempo de ruptura lagrimal).

Es ahora con el sistema Tearlab cuando se puede realizar esa medición en la propia consulta del oftalmólogo como parte de la evaluación del paciente con un sencillo test de osmolaridad de la lágrima. Una prueba de gran importancia para doctor y paciente ya que ofrece una pista diagnóstica rápida, indolora, eficaz y cuantitativa.

El test de osmolaridad TearLab es el mejor predictor individual para diagnosticar la gravedad de la EOS, según una escala de valores de la medición que van desde 300 miliosmoles por litro (osmolaridad normal), hasta 340 mOsml/L (severa), pasando por 320 mOsml/L (leve-moderada).

Estos datos también pueden servir de gran ayuda al oftalmólogo para confirmar el tratamiento más adecuado y valorar su eficacia en el tiempo, comparando los números objetivos que le ofrecen cada una de las posteriores mediciones al paciente en consulta.

No cabe duda de que los síntomas del paciente son una parte muy importante en la toma de decisiones clínicas, sin embargo la medición objetiva de las primeras alteraciones fisiológicas ayudan en gran medida a realizar una valoración más precisa. Así lo explica la Dra. Kendall E. Donaldson, MD, MS:

“Usar el TearLab en mi práctica diaria ha cambiado la forma de diagnosticar y manejar la superficie ocular para así optimizar las medidas de las pruebas preoperatorias. TearLab me ofrece un diagnóstico preciso y objetivo, así como datos de valor que me sirven para ver la evolución del tratamiento de mis pacientes.”

Vídeo Animación de aplicación del Test de Osmolaridad TearLab en Paciente

  1. Brissette A, Bohm K, Starr C. The utility of a normal tear osmolarity test in symptomatic patients. Poster session presented at: 8th International Conference of The Tear Film & Ocular Surface Society; 2016 Sept 7-10; Montpellier, France. FDA K083184 Within Run CV@316mOsm/L.
  2. Volles DF, et al. Analytic and clinical performance of two compact cholesterol-testing devices. Pharmacotherapy. 1998; 18:1.
{ }